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Olvidados


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En la Constitución Nacional, Art. 62 y siguientes, el estado tiene por mandato proteger a los pueblos indígenas, pero hasta el momento ¿qué hace el estado por ellos?
En Asunción los encontramos en lugares claves como la Terminal de Omnibus, frente al Instituto Paraguayo del Indígena (INDI) y últimamente los vemos recorrer los hogares aledaños a estos sitios. 
La ocupación de sus tierras ancestrales hace que muchos de ellos, tribus enteras, vengan hasta Asunción a buscar ayuda pero la institución que se debería encargar de canalizar este tipo de situaciones y encontrar solución se encuentra totalmente en otras (el desvío de unos 3.000 millones de dólares que les correspondía a ellos, por ejemplo) y los deja allí, frente a sus oficinas, en la calle, a la intemperie, bajo lluvia o calor. 
La tala indiscriminada de árboles y el atropello a su hábitat, hace que estos hermanos, dueños ancestrales de esta tierra, vengan a la ciudad a pasar por más atropellos y vejámenes por parte de la gente común. Ya sin nada que comer, aún con la ayuda de la gente y del INDI, las niñas nativas están expuestas a la prostitución y los niños más pequeños a la burla -y por poco el desprecio- del transeúnte.
Es triste ver la situación de estas personas, a muchos varones mas grandes en edad se los ve completamente borrachos en los alrededores de la terminal y a los bebés, en manos de otros niños, pidiendo ayuda en las esquinas, en los semáforos.
El Art. 66 de la Constitución Nacional expresamente ordena que "El Estado respetará las peculiaridades culturales de los pueblos indígenas, especialmente en lo relativo a la educación formal. Se atenderá además, a su defensa contra la regresión demográfica, la depredación de su hábitat, la contaminación ambiental, la explotación económica y la alienación cultural" 
No se nota a simple vista que el gobierno esté atendiéndolos como se merecen. Si bien es cierto, que leemos que varios ministerios están trabajando con algunas etnias en el interior del país, no es suficiente. 
Estos hermanos nativos, dueños originarios de estas tierras no tienen por qué estar deambulando por las calles de la ciudad de Asunción -y de ninguna otra- sin posibilidades de desarrollar su cultura y a merced de la explotación económica. No todos son artesanos, no todos son cazadores y no todos son agricultores. Muchos de los nativos tuvieron que acomodarse a los nuevos tiempos. Conozco a los nativos de la parcialidad MAKA que compran artesanías de otros indígenas del Chaco y se encargan de comercializarlos en la ciudad. Claro que ellos, que actualmente viven en Mariano Roque Alonso, tuvieron que adaptarse, hacer shows de sus culturas y venderse como atractivo turístico, y les sale bastante bien. Pero otros en cambio, los que viven tierra adentro, les cuesta mucho más adaptarse al ritmo que le impone la modernidad y los vemos por las calles sumidos en extrema pobreza y a merced de la droga permitida, el alcohol.
Tristemente, esta es nuestra realidad. Mientras observamos a nuestros representantes despilfarriar el dinero público otros están sufriendo las consecuencias, en este caso, los más desprotegidos y olvidados del estado. 

FOTO: Archivo

Sobre Juan Edgardo Lezcano

Facilitador de Talleres de Comunicación y TIC´s. Fundador de LEZCORP y Director de Editorial de Medios, Publicidad y Eventos. En twitter @edLEZ