"Otro año que se va sin darnos cuenta" dice parte de la canción... Y en este mundo ajetreado no nos ha permitido darnos tiempo "de calidad" para pasarla en familia, con nuestros amigos y seres queridos. La premura de lo urgente ha permitido dejar de lado lo importante, llegando al punto de estresarnos por la cantidad de trabajo que realizamos, y ni siquiera en orden, sino dentro de la "proactividad" diaria en la que estamos sumidos.
Estamos mas conectados pero sin tiempo para dialogar. Tenemos más amigos y menos tiempo para compartir. Todo está lleno de paradojas casi inexplicables.
Vemos el noticiario mientras atendemos a los chicos que hacen la tarea y otros están cenando, al tiempo de revisar el mail, verificar nuestro perfil en face y ordenar nuestra agenda del día siguiente. ¿Hemos considerado, alguna vez, un tiempo de paz en nuestras actividades? Atinaría a decir que no. Siquiera en domingos, feriados o fiestas de guardar.
Ese ajetreo nos tiene mal. Y es justamente ese ajetreo el que nos permite la vida que llevamos. Se nos viene el día encima, la semana, el mes... el año. Nunca el tiempo ha pasado tan a prisa como lo ha hecho en estos últimos tiempos.
Estamos más comunicados pero más alejados. Estamos mas conectados pero sin tiempo para dialogar. Tenemos más amigos y menos tiempo para compartir. Todo está lleno de paradojas casi inexplicables. ¿Es hora de bajar un cambio y empezar a tomarnos tiempo para nosotros mismos y nuestras familias?
Todo pasó rápido y furioso. Todos andamos susceptibles, todo apremia. Que estas fiestas de fin de año, nos permita tomarnos un tiempo de paz, tranquilidad, amor y por sobre todo de dialogo y amor familiar. Las preocupaciones de la canasta familiar, la cena y los invitados deberían tomar un segundo plano. Las compras y el consumismo también.
La tarea es difícil, pero no imposible. ¿Podrías tomarte tu tiempo para darte paz en medio de toda esta tormenta?