Amanecimos con la noticia del doble sueldo de Héctor Lacognata, Canciller Nacional. Y no es el único que tiene dos sueldos... quién sabe porqué artilugios mediáticos solo a él se le reclama, pero eso es otro punto.
Día tras día nos desayunamos noticias que nada tienen que ver con el "cambio" que nos prometieron, con la eliminación de la pobreza, el trabajo y por sobre todo, la "merma" -por lo menos- de la corrupción ambiente.
Los políticos de turno, siempre nos venden espejitos. Nos endulzan la boca, los oidos y por cuanto sentido puedan hacerlo, pero a la hora de la verdad... bien, gracias.
Y me quiero referir a la gente que recibe dos, tres y más sueldos mensuales -en las instituciones públicas- que no precisamente, como dice la ley, son profesores o medicos. Casi todas las instituciones públicas están plagadas de prevendas, pagos políticos y funcionarios ineptos, acinados en una recóndita oficina, otros planilleros y otros -en el peor de los casos- siquiera marcan presencia en las instituciones a la que "sirven".
Ninguna acción -concreta o intención siquiera- de parte del gobierno va en pos del bien común, más que atienden sus propios intereses -ya sean empresariales, personales y familiares, por sobre todo- en detrimento de la gran mayoría que sufre las consecuencias de la politiquería paraguaya. Ejemplo es la suba del pasaje, los medios de transportes obsoletos, los centros de salud sin insumos y personal calificado, las escuelas cayendose a pedazos, profesores cargados de buenas intenciónes, falta de tecnología y bibliotecas en los centros educativos, personas que hasta ahora siguen luchando por su vivienda propia, gente que pide trabajo, indígenas que reclaman -eternamente- las mismas reivindicaciones, y si seguimos la lista, creo que vamos a citar toda la plataforma del actual gobierno que es más que incoherente con sus promesas, propuestas y plataformas, quienes a costillas del sufrido campesino está donde está. Y si vamos hablar de la juventud trabajando en infracondiciones, sin seguro social, espacios de entretenimientos y desarrollo cultural... aquí si nos caemos de espaldas.
El actual gobierno se jacta de ser socialista, pero nunca fue tan acertada la frase esa que dice "juntemonos y vayan". A la hora de ser "justos" lo son, pero solo con sus "secuaces" ¿y el resto? La generosidad empieza por casa y eso se nota a simple vista. No hace falta ver el frondoso crecimiento económico de los que antes eran [pysatronco] los luchadores de la "justicia social" y las reivindicaciones de la gente del campo. Los famosos "rico pyahu" [nuevos ricos, en su forma literal despectiva] pululan y se reproducen como cucarachas y hormigas... solo que las hormigas trabajan y éstas últimas no. Si no... miren a su alrededor. Nada está sincronizado, la anarquía reina y mientras el presidente de la república -lo pongo en minúsculas, a propósito- se pasa recorriendo el mundo, se olvida de las necesidades urgentes del país.
Los congresistas -también en minúsculas a propósito- también se juegan a todo o nada para sus intereses mesquinos y excluyentes. Basta con mirar sus capacidades académicas, jugosos autosueldos y beneficios asignados, las mansiones en las que viven -ahora, lo de antes, no cuenta- y el móvil en el que se manejan.
Contrariamente, también está un grupo de "contratados" del gobierno, en varias dependencias e instituciones públicas a quienes la desidia, desatención y hasta falta de voluntad para con ellos, están con dos, tres y algunos hasta cuatro meses sin cobrar su asignación y son los "esclavos" que verdaderamente trabajan y llevan adelante lo poco que pueden hacer muy en detrimento de sus jefes poco capacitados, ineptos y quienes sí cobran en fecha, no solo sus asignaciones, sino también sus jugosos sobre sueldos, beneficios y "demás yerbas".
Cuesta mucho creer en un verdadero "cambio" cuando la realidad nos muestra y demuestra una sociedad cada vez más injusta, con excluisión de toda índole -económica, tecnológica y hasta de clases- y pobreza que no ve indicios de mejoría.
Basta ya de mentiras, es hora de trabajar por un país en serio. Los espejitos para más tarde.
Amén.