Esta es la esquina de mi casa. Tte. Rodi y Tte. Prieto. Aunque esté entre dos tenientes, esta calle "jamás" fue atendida como se debe. Un bacheo tras otro suele ser la solución que la Municipalidad de Asunción suele "aplicar" a esta esquina, que tanto ha hecho sufrir a muchos al cruzar estos "quesos lunares" [ya no quiero decir cráteres, puesto que hacen muy buena competencia] que no solo vehiculos destruye, sino que también el atuendo del que -por desgracia- está cruzando el sitio en el justo instante en el que uno que otro automóvilista está pasando por el sitio.
"Re contra argel ko es" dicen los vecinos sobre la lamentable solución que la municipalidad da a estos casos, no solo en nuestra esquina, sino que en toda la ciudad. Calles intransitables, remiendos irrisorios, automovilistas quejandose y peatones que apeligran cualquier tipo de accidentes son la lamentable imagen que da la ciudad a sus doscientos años de independencia.
Después de la constante lluvia de la semana pasada, basta recorrer el microcentro de Asunción. Verá usted como el asfalto -desvencijado- va destrozándose a pedazos, con riesgo que una u otra "piedrita del camino" alcance a algún peatón en el transcurso del camino.
La municipalidad debe hacerse cargo, urgentemente, de estas y otras falencias cotidianas en las calles. No solo deben requerir "el pago por conservación de pavimentos" -que a cada momento inclusive envían misiva judicial para el cobro si nos negamos a pagar- sino que utilizar los recursos correspondientes para lo que están destinados.
Es evidente la corrupción imperante en este sector. Es evidente que las personas estamos desamparados por nuestras autoridades. Es evidente la desidia en que las autoridades dejan la ciudad, perdida a su suerte. Es malísima la impresión que damos a los turistas cuando llegan al país.
El Bicentenario es una muy buena forma de "hacer propaganda" gastar en eventos ultra lujosos, pero también es una oportunidad para que el gobierno aproveche y "modernice" la ciudad, con al menos calles en buen estado, conservados y preparados para todos sus habitantes, sin excepción.
