Como cuesta debatir. Nunca me detuve a pensar como ejercitamos el derecho de participación en nuestro medio. Y debo hacer un mea culpa también yo, cuando de exponer mis ideas se trata.
He aquí unas ideas tomadas de otros compas que siempre están en el debate constante.
- Hay que ser serios. Generalmente, las opiniones mal redactadas, con un exceso de garabatos, incluso con faltas de ortografía demasiado notorias, pueden ser simplemente pasadas por alto, y ser ignoradas. O cuando nuestra opinión termina en una mofa al del otro.
-Un debate es como una partida de ajedrez, hay que pensar bien lo que se va decir, para no caer en inconsecuencias y quedar en jaque.
-Si estamos en dialogo con alguien, deberíamos intentar no dejarlo abandonado si nos vemos en aprietos. Si de verdad se sienten persuadidos, simplemente díganlo, es una acción admirable, puesto que denotará que no son cerrados.
-Los post del tipo “x2”, no sirven, apoyarnos en la ideas de los demás no nos denotará mas inteligente ni nada, si te sientes identificado con una idea, compleméntala y hazla mas fuerte.
-No basarse en supuestos, puedes caer en una falacia.
-Si pueden dejar una fuente respecto a lo que dicen, háganlo.
El debate no es un acto de opinión, es un acto de confrontación argumental, es muy importante que en la propocisión de un tema, se pueda identificar fácilmente las posturas. Se debe dejar bien en claro cual es el debate a tratar, una forma fácil de hacer, es colocando la tesis del debate en el título.Se debe revisar el tema, la formalidad y objetividad en el planteo.
Por último, la esencia del debate se puede reducir a la siguiente frase “No importa lo que pienses, lo que importa es por que lo piensas”. Dicha analogía, intenta denotar que lo mas importante del debate, son los argumentos, y no la postura del que opina en si.
Cuando debatimos, comentamos y exponemos argumentos. Muchas veces, las posturas de "pichadura" o de "victimizados" destruye el debate. Es importante empezar a debatir y aprender a exponer nuestros pensamientos, ideas y por sobre todo nuestras posturas, con la debida apertura para escuchar al otro sin malicia y sin ponerse en guardia de antemano.
