Nunca hubo tanta necesidad de expresión como en el presente. La fiebre de estar en todos lados, opinar y expresarse ha tomado gran parte de nuestro tiempo.
Los espacios también han cambiado. Antes, nos identificábamos mas con la radio, porque llamamos y nosotros mismos nos escuchamos y nos escuchaba todo el mundo, era mucho mas coloquial. El medio impreso era algo así como que para los "mas eruditos" porque suponía expresarse mejor, escribir era un arte que no cualquiera lo hacia.
Hoy día, con el auge de los medios electrónicos, tímidamente han empezado a dar un giro las comunicaciones. Digo tímidamente, porque en el Paraguay, aun existe una brecha digital muy grande que nadie se detiene a mirar con mayor profundidad, pero eso es otra cosa. Las personas han ido desarrollando relaciones interpersonales desde el tímido chat de "yagua" en aquel entonces, pasando por "la jaula" y otras páginas digitales mas que con tanto cariño hoy las recordamos y están al borde de la extinción. Eran páginas de foros, donde las personas encontraron un espacio mas privado entre el receptor de la comunicación y él mismo. ¿Se acuerdan del beeper? Teníamos que pasar por una serie de procesos que iban desde llamar a la operadora u operador y pasarle el mensaje que éste digitaba y se lo transmitía al remitente en cuestión [habían mensajes que daba peladita dictar, ¿verdad?]. Hoy todo ese proceso engorroso hemos saltado con la comunicación 2.0 y 3.0 donde las experiencias de comunicación son mucho mas personales y privadas como públicas.
Las pocas personas que cuentan con acceso a Internet en el país, han demostrado que poco a poco pueden ir independizándose de los medios tradicionales, pero tampoco desean desprenderse de ellos. No cualquier twitero linkea sus comentarios en el sitio oficial de Abc, Ultima Hora o La Nación, medios tradicionales en Paraguay y se sienten inflados por publicar en ellas. Lo mismo sucede en Facebook cuando los chicos tratan de ser "amigos" de los centros de información o personas influyentes. Es un ciclo que verdaderamente debemos pasar.
"La otra elite" como los llamo yo, son los bloggeros, quienes de una u otra forma se encuentran "un peldaño más arriba" que cualquiera, porque supone un poco mas de conocimiento informático para ordenar el sitio, incluir gadgets, contadores, cambiar el aspecto general de la plantilla que usa y un montón de etc. más.
En fin, este diagnóstico nos permite contabilizar a un poco mas de cinco mil personas en todo el Paraguay que cuentan con acceso a internet -en sus hogares o en sus móviles, porque el resto twittea, facebookea y bloggea desde su oficina- que les permite "omnipresencia" en todos estos sitios.
¿Cuál era el norte de mi nota? ah, ya. Que la gente busca y genera nuevos espacios de debates. Ahora quiero ir al "caracú de la palabra". El problema ahora es ¿qué debate? ¿cómo se expresa? ¿qué espacios busca? ¿en qué espacios se mueve y se desenvuelve? ¿qué y cómo comenta?.
Últimamente hemos perdido la capacidad de discernimiento y la lectura comprensiva. Gracias a la instantaneidad y la urgencia por comentar, hemos de relativizar todo el contenido y reducirlo a "140" [si es posible menos] caracteres para poder llegar a más personas. Leemos todo pero no nos enteramos de nada. Comentamos todo pero no decimos nada. Nos gusta todo pero no nos gusta nada.
Tenemos demasiadas cosas por decir, pero... ¿dónde?. La pregunta ha surgido desde el punto de vista de interacción y responsabilidad. Las personas -en el Paraguay- se ¿protejen? bajo seudónimos [unos más ridículos que otros] y de esa manera opinan en los sitios de "riesgo" por decirlo de alguna manera. Otra de las falencias [¿facilidades?] de la comunicación virtual es la facilidad con la que podés tocarle el traste a alguien y luego desaparecer. Los sitios y temas conflictivos siempre es mejor ingresar con nuestro propio "pishing" creado para tal efecto. ¿Quién no tiene mas de una cuenta de correo electrónico, en la que una es "oficial" y la otra para "la joda"?.
Como el espacio de debate que propició el VMJ en la Bicameral del Congreso, me he percatado de dos cosas que los jóvenes del país deben mejorar:
1- La Información. Nuestros jóvenes están en todas pero no están en nada. No se informan con detenimiento, no leen a profundidad y por consiguiente no cuentan con "argumentos válidos" para entablar un debate serio y responsable. La información usada en tiempo y espacio es poder.
2- Tolerancia. Todavía nos falta mucho ejercicio en este campo. Todos actuamos por causa y efecto. Nos cuesta mucho aún respetar las opiniones de los demás, especialmente si difieren de las nuestras.
Cuesta, pero con un poco de ejercicio podemos avanzar. Leer y leer entre líneas. No dejarse avasallar por la relatividad de muchas informaciones y datos que a veces vienen direccionadas y actuamos en base a ellas sin analizarlas a profundidad. Nos hace falta realizar una mirada más allá de nuestras narices. Leer el contexto de la realidad para que nuestras opiniones puedan ser valederas y por sobre todo, argumento de por medio, podamos definir todos juntos las políticas públicas que tanto nos hace falta redireccionar.